viernes, 7 de noviembre de 2025

DILEXI TE (y 5/5)

                                                DILEXI TE (y 5/5)

                                       Exhortación ap. de León XIV (Resumen)

                                              Sobre el amor hacia los pobres

CAPÍTULO QUINTO

UN DESAFÍO PERMANENTE

 

103. He decidido recordar esta bimilenaria historia de atención eclesial a los pobres y con los pobres para mostrar que ésta forma parte esencial del camino ininterrumpido de la Iglesia (…) La Iglesia, en cuanto Cuerpo de Cristo, siente como su propia “carne” la vida de los pobres, que son parte privilegiada del pueblo que va en camino.

 

104. El cristiano no puede considerar a los pobres sólo como un problema social; estos son una “cuestión familiar”, son “de los nuestros” (…) No podemos olvidar que el mismo Jesús lo propuso con su modo de actuar y con sus palabras»

 

El buen samaritano de nuevo

 

105. La cultura dominante de los inicios de este milenio instiga a abandonar a los pobres a su propio destino, a no juzgarlos dignos de atención y mucho menos de aprecio. En la Encíclica Fratelli tutti el  Papa Francisco nos invitaba a reflexionar sobre la parábola del buen samaritano (cf. Lc 10, 25-37), precisamente para profundizar en este punto (…) ¿A cuál de ellos te pareces? Nos hace falta reconocer la tentación que nos circunda (…) Nos acostumbramos a mirar para el costado, a pasar de lado, a ignorar las situaciones hasta que estas nos golpean directamente»”. 

 

107. (…) como todos estamos muy concentrados en nuestras propias necesidades, ver a alguien sufriendo nos molesta, nos perturba (…) son síntomas de una sociedad enferma, porque busca construirse de espaldas al dolor. Mejor no caer en esa miseria. 

 

Un desafío ineludible para la Iglesia de hoy

 

109. Si es verdad que los pobres son sostenidos por quienes tienen medios económicos, también se puede afirmar con certeza lo contrario. Esta es una sorprendente experiencia corroborada por la misma tradición cristiana (…) volvemos a escuchar estas palabras de san Gregorio Magno: «Nadie, pues, se cuente seguro diciendo: Ea, yo no robo lo ajeno, sino que disfruto buenamente de los bienes que he recibido; porque este rico no fue castigado precisamente por robar lo ajeno, sino porque malamente reservó para sí solo los bienes que había recibido. También le llevó al infierno esto: el no vivir temeroso en medio de su felicidad, el hacer servir a su arrogancia los dones recibidos, el no tener entrañas de caridad».

 

110. Para nosotros cristianos, la cuestión de los pobres conduce a lo esencial de nuestra fe. La opción preferencial por los pobres, es decir, el amor de la Iglesia hacia ellos, como enseñaba san Juan Pablo II, «es determinante y pertenece a su constante tradición

 

112. A veces se percibe en algunos movimientos o grupos cristianos la carencia o incluso la ausencia del compromiso por el bien común de la sociedad y, en particular, por la defensa y la promoción de los más débiles y desfavorecidos. A este respecto, es necesario recordar que la religión, especialmente la cristiana, no puede limitarse al ámbito privado, como si los fieles no tuvieran que preocuparse también de los problemas relativos a la sociedad civil y de los acontecimientos que afectan a los ciudadanos. 

 

Aún hoy, dar

 

115. Es bueno dedicar una última palabra a la limosna, que hoy no goza de buena fama, a menudo incluso entre los creyentes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario