lunes, 19 de junio de 2023

SOBRE BLAS PASCAL

"Sublimitas et miseria humana", Carta de Francisco

El Papa, con motivo del 400 aniversario del nacimiento de Blaise Pascal (1623–1662 = 39 años), le dedica la Carta ap. “Sublimitas et miseria humana” sobre este filósofo y científico francés y por el que ya en 2017 se declaró favorable a su beatificación.

Desde niño y durante toda su vida buscó la verdad. Con la razón rastreó sus signos, especialmente en los campos de las Matemáticas, la Geometría, la Física y la Filosofía”. Sus contribuciones a las Matemáticas y a la Historia natural incluyen el diseño y construcción de calculadoras mecánicas, aportes a la teoría de la probabilidad, investigaciones sobre los fluidos y la aclaración de conceptos tales como la presión y el vacío.

Con su “razón, tan aguda y al mismo tiempo tan abierta, nunca acalló en él la pregunta antigua y siempre nueva que resuena en el alma humana: «¿Qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides?» (Sal 8, 5). Esta pregunta está grabada en el corazón de cada ser humano, de todo tiempo y lugar, de toda civilización y lengua, de toda religión. «¿Qué es el hombre en la naturaleza? ―se pregunta Pascal― Una nada respecto al infinito, un todo respecto a la nada» (…) A este interrogante, planteado en un lenguaje tan diferente al matemático y geométrico, Pascal nunca se cerró”. 

Pascal Frecuentaba los salones libertinos de París antes de acercarse al movimiento jansenista que entonces se desarrollaba en torno a la abadía de Port-Royal que fue un convento cisterciense femenino situado al suroeste de París, fundado en 1204 y que tenía una “teología estaba fuertemente influenciada por Cornelius Jansen, conocido como Jansenio, que había escrito un tratado, el Augustinus, publicado en 1640”. Durante la Revolución francesa, tras la confiscación de los bienes del clero, en 1791 el convento pasó a ser propiedad del Estado y una parte fue transformada en fábrica y vendida a campesinos. Esta parte volvió a ser propiedad estatal en 1951. 

Blaise incluso asumió con vigor la defensa del partido jansenista contra los jesuitas en sus Provinciales. El pelagianismo y la casuística fueron blanco de los ataques de Pascal. Francisco, en 2014, calificó la casuística como un signo de reconocimiento de "cristianos que conocen la doctrina pero sin la fe" y ahora expone lo que ya tiene dicho por escrito en Gaudete et exultate, en Desiderio desideravit y en Evangeli gaudium que “la justa advertencia en las posiciones de Pascal sigue siendo válida para nuestro tiempo: el «neo-pelagianismo», que haría depender todo «del esfuerzo humano encauzado por normas y estructuras eclesiales», es reconocible por el hecho de que «nos intoxica con la presunción de una salvación ganada con nuestras fuerzas». Es necesario afirmar ahora que la última posición de Pascal sobre la gracia, y en particular sobre el hecho de que Dios «quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1Tm 2, 4), al final de su vida se expresó en términos perfectamente católicos”. 

Fue un crítico del racionalismo pues decía que la razón debe seguir las "razones del corazón" por medio de la gracia divina y en la fe cristiana para encontrar aquellas respuestas. Es considerado también como un precursor del «existencialismo» por sus temas como la responsabilidad individual como en su apuesta monoteísta, la idea de que el hombre no está hecho, sino que tiene que hacerse. 

Comenta Bergoglio en la Carta la tajante afirmación de Pascal de que solo en Jesucristo el hombre conoce a Dios y se conoce a sí mismo y “para que pueda ser comprendida por todos, y no sea considerada sólo como una pura afirmación doctrinal inaccesible a los que no comparten la fe de la Iglesia, ni como una devaluación de las legítimas competencias de la inteligencia natural, una afirmación tan extrema merece ser clarificada”.

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