hagamos el bien a todos” (Ga 6, 9-10a)
Resumen literal del Mensaje del Papa Francisco
1. Siembra
y cosecha
(…) el
Apóstol evoca la imagen de la siembra y la cosecha, que a Jesús tanto le
gustaba (cf. Mt 13). San Pablo nos habla de un kairós, un tiempo
propicio para sembrar el bien con vistas a la cosecha. ¿Qué es para nosotros
este tiempo favorable? Ciertamente, la Cuaresma es un tiempo favorable, pero
también lo es toda nuestra existencia terrena, de la cual la Cuaresma es de
alguna manera una imagen.
(…) La Cuaresma nos invita a la conversión, a cambiar de mentalidad,
para que la verdad y la belleza de nuestra vida no radiquen tanto en el poseer
cuanto en el dar, no estén tanto en el acumular cuanto en sembrar el bien y
compartir.
(…) una vida llena de obras buenas es luminosa (cf. Mt 5, 14-16) y lleva el perfume de
Cristo al mundo (cf. 2Co 2,
15). Servir a Dios, liberados del pecado, hace madurar frutos de santificación
para la salvación de todos (cf. Rm
6, 22).
«No nos
cansemos de hacer el bien»
La
resurrección de Cristo anima las esperanzas terrenas con la «gran esperanza» de
la vida eterna e introduce ya en el tiempo presente la semilla de la salvación
(cf. Benedicto XVI, Carta enc. Spe salvi, 3, 7). Frente a la amarga desilusión por tantos sueños rotos,
frente a la preocupación por los retos que nos conciernen, frente al desaliento
por la pobreza de nuestros medios, tenemos la tentación de encerrarnos en el
propio egoísmo individualista y refugiarnos en la indiferencia ante el
sufrimiento de los demás.
(…) No nos cansemos de orar. Jesús nos ha enseñado que es necesario «orar siempre
sin desanimarse» (Lc 18, 1).
Necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros
mismos es una ilusión peligrosa. Con la pandemia hemos palpado nuestra
fragilidad personal y social.
(…) No nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el
prójimo. Durante esta Cuaresma practiquemos la limosna, dando con alegría
(cf. 2Co 9, 7) (…) aprovechemos
especialmente esta Cuaresma para cuidar a quienes tenemos cerca, para hacernos
prójimos de aquellos hermanos y hermanas que están heridos en el camino de la
vida (cf. Lc 10, 25-37).
3. «Si
no desfallecemos, a su tiempo cosecharemos»
La Cuaresma
nos recuerda cada año que «el bien, como también el amor, la justicia y la
solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados
cada día» (Fratelli tutti, 11).
Por tanto, pidamos a Dios la paciente constancia del agricultor (cf. St 5, 7) para no desistir en hacer el
bien, un paso tras otro.
(…) Que la
Virgen María, en cuyo seno brotó el Salvador y que «conservaba todas estas
cosas y las meditaba en su corazón» (Lc
2, 19) nos obtenga el don de la paciencia y permanezca a nuestro lado con su
presencia maternal, para que este tiempo de conversión dé frutos de salvación
eterna.
Roma, San Juan de Letrán, 11 de noviembre de 2021, Memoria de san
Martín de Tours, obispo.
FRANCISCO
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