martes, 2 de abril de 2019

CHRISTUS VIVIT (1/3)

Exortación postsinodal a los jóvenes 
y a todo el Pueblo de Dios

Francisco, 25 marzo 2019 -     
Resumen literal de cap I-III.


















1. (...) ¡Él vive y te quiere vivo!

3. A todos los jóvenes cristianos les escribo con cariño esta Exhortación apostólica (...) Pero (...) me dirijo al mismo tiempo a todo el Pueblo de Dios, a sus pastores y a sus fieles, porque la reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y nos estimula a todos. 


Capítulo primero
¿Qué dice la Palabra de Dios sobre los jóvenes?


6. En una época en que los jóvenes contaban poco, algunos textos muestran que Dios mira con otros ojos. Por ejemplo, vemos que José (…) Dios le comunicaba cosas grandes (…) cuando tenía unos veinte años (cf. Genesis  37-47).

7. En Gedeón, reconocemos la sinceridad de los jóvenes (…) Dios (...) redobló la apuesta por él: «Ve con esa fuerza que tienes y salvarás a Israel» (Jueces 6, 13 y 14).

8. Samuel era un jovencito inseguro, pero (...) abrió su corazón para escuchar la llamada de Dios: «Habla Señor, que tu siervo escucha» (1 Samuel 3, 9-10) (…) El rey Saúl también era un joven cuando el Señor lo llamó a cumplir su misión (cf. 1Samuel 9, 2)

9. El rey David fue elegido siendo un muchacho (cf. 1Samuel 16, 6-13)

10. Salomón (...) dijo a Dios: «Soy un joven muchacho y no sé por dónde empezar y terminar» (1  Reyes 3, 7). 

11. (...) La joven Rut fue un ejemplo de generosidad al quedarse con su suegra caída en desgracia (cf. Ru1, 1-18), y también mostró su audacia para salir adelante en la vida (cf. Rut 4, 1-17).

12. Cuenta una parábola (cf. Lc 15, 11-32) que (…) Jesús elogia al joven pecador que retoma el buen camino más que al que se cree fiel pero no vive el espíritu del amor y de la misericordia.

14. Advirtamos que a Jesús no le caía bien que las personas adultas miraran despectivamente a los más jóvenes o los tuvieran a su servicio de manera despótica. Al contrario, Él pedía: «que el mayor entre ustedes sea como el más joven» (Lc 22, 26). Para Él la edad no establecía privilegios, y que alguien tuviera menos años no significaba que valiera menos o que tuviera menor dignidad.

18. (…) en el Evangelio de Mateo aparece un joven (cf. Mt 19, 20.22) que se acerca a Jesús para pedir más (…) pero (...) se dio cuenta de que era incapaz de desprenderse de lo que tenía. Finalmente, «al oír estas palabras el joven se retiró entristecido» (v. 22).

19. El Evangelio también nos habla de unas jóvenes prudentes, que estaban preparadas y atentas, mientras otras vivían distraídas y adormecidas (cf. Mt 25, 1-13). Porque uno puede pasar su juventud distraído, volando por la superficie de la vida, adormecido, incapaz de cultivar relaciones profundas y de entrar en lo más hondo de la vida.

Capítulo segundo
Jesucristo siempre joven

22. (…) el Sínodo dijo que «la juventud es una etapa original y estimulante de la vida, que el propio Jesús vivió, santificándola».

27. (…) en su etapa de joven, Jesús se fue «formando», se fue preparando para cumplir el proyecto que el Padre tenía. Su adolescencia y su juventud lo orientaron a esa misión suprema.

32.(…) Jesús ha resucitado y nos quiere hacer partícipes de la novedad de su resurrección. Él es la verdadera juventud de un mundo envejecido, y también es la juventud de un universo que espera con «dolores de parto» (Rom 8, 22) ser revestido con su luz y con su vida.

(…) en la pasión del Señor aparece un joven temeroso que intentaba seguir a Jesús pero que huyó desnudo (cf. Mc 14, 51-52), un joven que no tuvo la fuerza de arriesgarlo todo por seguir al Señor.

34. Ser joven, más que una edad es un estado del corazón. De ahí que una institución tan antigua como la Iglesia pueda renovarse y volver a ser joven en diversas etapas de su larguísima historia (…) Recordando esta verdad, el Concilio Vaticano II expresaba que «(…) es la verdadera juventud del mundo».

35. Pidamos al Señor que libere a la Iglesia de los que quieren avejentarla, esclerotizarla en el pasado, detenerla, volverla inmóvil. También pidamos que la libere de otra tentación: creer que es joven porque cede a todo lo que el mundo le ofrece, creer que se renueva porque esconde su mensaje y se mimetiza con los demás. No.

39. «Para muchos jóvenes Dios, la religión y la Iglesia son palabras vacías, en cambio son sensibles a la figura de Jesús». Por eso es necesario que la Iglesia (…) reconozca con humildad que algunas cosas concretas deben cambiar, y para ello necesita también recoger la visión y aun las críticas de los jóvenes.

44. «Siempre llama la atención la fuerza del “” de María joven. La fuerza de ese “hágase” que le dijo al ángel. Fue una cosa distinta a una aceptación pasiva o resignada.

51. En el siglo III, san Sebastián era un joven capitán de la guardia pretoriana.

52. San Francisco de Asís, siendo muy joven y lleno de sueños, escuchó la llamada de Jesús.

53. Santa Juana de Arco (...) Era una joven campesina.

54. El beato Andrés Phû Yên era un joven vietnamita del siglo XVII. Era catequista y ayudaba a los misioneros.

55. En ese mismo siglo, santa Catalina Tekakwitha, una joven laica nativa de América del Norte (…) murió diciendo: “¡Jesús, te amo!”.

56. Santo Domingo Savio (...) Murió en 1857 a los catorce años, diciendo: “¡Qué maravilla estoy viendo!”.

57. Santa Teresa del Niño Jesús.

58. El beato Ceferino Namuncurá era un joven argentino, hijo de un destacado cacique de los pueblos originarios.

59. El beato Isidoro Bakanja era un laico del Congo que (...) Fue torturado durante largo tiempo por haber propuesto el cristianismo a otros jóvenes. Murió perdonando a su verdugo en 1909.

60. El beato Pier Giorgio Frassati, que murió en 1925, era un joven de una alegría contagiosa.

61. El beato Marcel Callo era un joven francés que murió en 1945 (...) en un campo de concentración en Austria.

62. La joven beata Chiara Badano, que murió en 1990, experimentó cómo el dolor puede ser transfigurado por el amor.

63. Que ellos y también muchos jóvenes que quizás desde el silencio y el anonimato vivieron a fondo el Evangelio, intercedan por la Iglesia, para que esté llena de jóvenes alegres, valientes y entregados que regalen al mundo nuevos testimonios de santidad.


Capítulo tercero

Ustedes son el ahora de Dios



64. Después de recorrer la Palabra de Dios, no podemos decir sólo que los jóvenes son el futuro del mundo. Son el presente.

65. (...) cuando la Iglesia abandona esquemas rígidos y se abre a la escucha disponible y atenta de los jóvenes, esta empatía la enriquece.

66. Hoy los adultos corremos el riesgo de hacer un listado de calamidades, de defectos de la juventud actual (...) parecemos expertos en encontrar puntos negativos y peligros. ¿Pero cuál sería el resultado de esa actitud? Más y más distancia, menos cercanía, menos ayuda mutua.

71. (...) “la juventud” no existe, existen los jóvenes con sus vidas concretas. En el mundo actual, lleno de progresos, muchas de esas vidas están expuestas al sufrimiento y a la manipulación.

76. Quizás aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades no sabemos llorar (…) Los invito a que cada uno se pregunte (...) ¿Yo aprendí a llorar cuando veo un niño con hambre, un niño drogado en la calle, un niño que no tiene casa, un niño abandonado, un niño abusado, un niño usado por una sociedad como esclavo?

81. Los jóvenes reconocen que el cuerpo y la sexualidad tienen una importancia esencial para su vida y en el camino de crecimiento de su identidad. Sin embargo, en un mundo que enfatiza excesivamente la sexualidad, es difícil mantener una buena relación con el propio cuerpo y vivir serenamente las relaciones afectivas.

87. La web y las redes sociales (...) son una plaza en la que los jóvenes pasan mucho tiempo y se encuentran fácilmente (...) constituyen una extraordinaria oportunidad de diálogo, encuentro e intercambio entre personas.

89. No se debería olvidar que en el mundo digital están en juego ingentes intereses económicos, capaces de realizar formas de control tan sutiles como invasivas, creando mecanismos de manipulación de las conciencias y del proceso democrático. El funcionamiento de muchas plataformas a menudo acaba por favorecer el encuentro entre personas que piensan del mismo modo, obstaculizando la confrontación entre las diferencias. 

91. ¿Cómo no recordar a tantos jóvenes afectados por las migraciones? (…) Sueñan con un futuro mejor y (...) «nos recuerdan la condición originaria de la fe, o sea la de ser “forasteros y peregrinos en la tierra” (Hb 11,13)».

98. «Existen diversos tipos de abuso: de poder, económico, de conciencia, sexual. Es evidente la necesidad de desarraigar las formas de ejercicio de la autoridad (...) y de contrarrestar (...) la falta de diálogo y de transparencia, las formas de doble vida, el vacío espiritual, así como las fragilidades psicológicas son el terreno en el que prospera la corrupción». El clericalismo es una permanente tentación de los sacerdotes, que interpretan «el ministerio recibido como un poder que hay que ejercer (...) esto nos lleva a creer que pertenecemos a un grupo que tiene todas las respuestas y no necesita ya escuchar ni aprender nada».

104. Te recuerdo la buena noticia que nos regaló la mañana de la Resurrección: que en todas las situaciones oscuras o dolorosas que mencionamos hay salida.

107. (…) Atrévete a ser más (...) No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás plenamente tú mismo.

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