EPISCOPALIS COMMUNIO
CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA SOBRE EL SÍNODO DE LOS OBISPOS
Francisco. Dado en Roma, en San Pedro, el 15 de septiembre de 2018,
sexto año del pontificado.
Resumen
literal

Durante más de
cincuenta años, las Asambleas sinodales han demostrado ser una herramienta
valiosa para la comprensión mutua entre los obispos, la oración común, la
confrontación leal, la profundización de la doctrina cristiana, la reforma de
las estructuras de la Iglesia, la promoción de la actividad pastoral en todo el
mundo.
2. Es providencial
que la institución del Sínodo de los Obispos haya tenido lugar en el contexto
de la última asamblea ecuménica. De
hecho, el Concilio Vaticano II,
"siguiendo las huellas del Concilio
Vaticano I", ha profundizado en la estela de
genuina tradición eclesial la doctrina de la Orden Episcopal.
(…) definitivamente
claro que cada obispo posee al mismo tiempo e inseparablemente la
responsabilidad de la Iglesia particular confiada a su cuidado pastoral y la
solicitud por la Iglesia universal.
4. (…) el Sínodo de los
Obispos (…) ha continuado evolucionando poco a poco hasta la última edición
de Ordo Synodi promulgada por Benedicto
XVI el 29 de septiembre de 2006.
6. (...) el Sínodo
de los Obispos debe convertirse cada vez más en un medio privilegiado de
escuchar al Pueblo de Dios: "Desde
el Espíritu Santo para los Padres sinodales pedimos, antes que nada, el don de escuchar: escuchar a Dios, escuchar con él
el clamor del Pueblo; escuchando a la Gente, hasta que respire la voluntad a la que Dios nos llama".
(…) dijo
Juan Pablo II, "toda Asamblea General del Sínodo de los Obispos es una experiencia
eclesial fuerte, incluso si en las modalidades de sus procedimientos permanece
siempre perfectible.
7. La historia de la
Iglesia atestigua ampliamente la importancia del proceso consultivo, para
conocer la opinión de los pastores y de los fieles en lo que concierne al bien
de la Iglesia.

(…) Espero (…) animar
a una "conversión del papado [...] que sería más fiel al significado que
Jesucristo dio y a las necesidades actuales de la evangelización"
(…) las actividades
del Sínodo de los Obispos podrán contribuir a su manera al restablecimiento de
la unidad entre todos los cristianos, de acuerdo con la voluntad del Señor
(véase Jn 17, 21). Al
hacerlo, se ayudará a la Iglesia católica, de acuerdo con el deseo expresado
hace años por Juan Pablo II, de "encontrar una forma de ejercicio del primado
que, sin renunciar de ningún modo esencial de su misión, se abra a una
situación nuevo» [Enc. Ut
unum sint (25 de mayo de
1995), 95].
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