VERITATIS GAUDIUM
CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA
SOBRE LAS UNIVERSIDADES Y
FACULTADES ECLESIÁSTICAS
Resumen literal del proemio.
PROEMIO
1. La alegría de la verdad ―Veritatis gaudium― manifiesta
el deseo vehemente que deja inquieto el corazón del hombre hasta que encuentre,
habite y comparta con todos la Luz de Dios (Cf. San Agustín, Confesiones, X, 23.33; I, 1, 1.). La
verdad, de hecho, no es una idea abstracta, sino que es Jesús, el Verbo de Dios
en quien está la Vida que es la Luz de los hombres (cf. Jn
1,4); el Hijo de Dios.
(…) Jesús impulsa a la Iglesia
para que en su misión testimonie y anuncie siempre esta alegría con renovado
entusiasmo. El Pueblo de Dios peregrina a lo largo de los senderos de la
historia, acompañado con sinceridad y solidaridad de los hombres y mujeres de
todos los pueblos y de todas las culturas, para iluminar con la luz del
Evangelio el camino de la humanidad hacia la nueva civilización del amor.
(…) El vasto y multiforme sistema
de los estudios eclesiásticos (…) está unido estrechamente a la misión
evangelizadora de la Iglesia y, más aún, brota de su misma identidad.
(…) El Concilio Vaticano II, promoviendo con vigor
y profecía la renovación de la vida de la Iglesia, en vistas de una misión más
incisiva en esta nueva época de la historia, haya recomendado en el Decreto Optatam totius una revisión fiel y creativa de los
estudios eclesiásticos (cf. nn. 13-22).
2. (…) «Buscar superar este
divorcio entre teología y pastoral, entre fe y vida, ha sido precisamente uno
de los principales aportes del Concilio Vaticano II. Me animo a decir que ha
revolucionado en cierta medida el estatuto de la teología, la manera de hacer y
del pensar creyente» (Video mensaje al Congreso Internacional de Teología en la
PUCA “Santa María de los Buenos Aires”, IX-2015).
3. (…) la
red mundial de las Universidades y Facultades eclesiásticas está llamada a
llevar la aportación decisiva de la levadura, de la sal y de la luz del
Evangelio de Jesucristo y de la Tradición viva de la Iglesia, que está siempre
abierta a nuevos escenarios y a nuevas propuestas.
4. a) primer criterio (…) en la
formación de una cultura cristianamente inspirada, el acento principal esté en
descubrir la huella trinitaria en la creación, pues hace que el cosmos en el
que vivimos sea «una trama de relaciones», y en el que «es propio de todo ser
viviente tender hacia otra cosa», favoreciendo «una espiritualidad de la
solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad» (Cf. Carta Encíclica Laudato si’ n. 240).
b) Un
segundo criterio inspirador (…) es el diálogo a todos los niveles, no como una
mera actitud táctica, sino como una exigencia intrínseca para experimentar
comunitariamente la alegría de la Verdad y para profundizar su significado y
sus implicaciones prácticas.
(…) Sapientia christiana (de Juan Pablo II en abril 1979),
remitiéndose a la Gaudium et spes (del Concilio Vaticano II, 1962-65),
deseaba que se favoreciera el diálogo con los cristianos pertenecientes a otras
Iglesias y comunidades eclesiales, así como con los que tienen otras
convicciones religiosas o humanísticas, y que también se mantuviera una
relación «con los que cultivan otras disciplinas, creyentes o no creyentes»,
tratando de «valorar e interpretar sus afirmaciones y juzgarlas a la luz de la
verdad revelada» (cf GS 62).
De esto
deriva que se revise, desde esta óptica y desde este espíritu, la conveniencia
necesaria y urgente de la composición y la metodología dinámica del currículo de estudios que ha sido propuesto por el
sistema de los estudios eclesiásticos.
c) (…) el tercer criterio fundamental que quiero
recordar: la inter- y la trans-disciplinariedad ejercidas con sabiduría y
creatividad a la luz de la Revelación (…) la unidad del saber en la diversidad
y en el respeto de sus expresiones múltiples, conexas y convergentes, es lo que
califica la propuesta académica, formativa y de investigación del sistema de
los estudios eclesiásticos, ya sea en cuanto al contenido como en el método.
d) Un cuarto y último criterio se refiere a la necesidad
urgente de «crear redes» entre las distintas instituciones que, en cualquier
parte del mundo, cultiven y promuevan los estudios eclesiásticos, y activar con
decisión las oportunas sinergias también con las instituciones académicas de
los distintos países y con las que se inspiran en las diferentes tradiciones
culturales y religiosas; al mismo tiempo, establecer centros especializados de
investigación que promuevan el estudio de los problemas de alcance histórico
que repercuten en la humanidad de hoy, y propongan pistas de resolución
apropiadas y objetivas.
(…) la
catolicidad (…) fermento de unidad en la diversidad y de comunión en la
libertad, exige para sí misma y propicia «esa polaridad tensional entre lo
particular y lo universal, entre lo uno y lo múltiple, entre lo simple y lo
complejo. Aniquilar esta tensión va contra la vida del Espíritu» (Video mensaje
al Congreso Internacional de Teología en la PUCA “Santa María de los Buenos
Aires”, IX-2015).
(…) «como podemos ver
en la historia de la Iglesia, el cristianismo no tiene un único modo cultural,
sino que “(…) llevará consigo también el rostro de tantas culturas y de tantos
pueblos en que ha sido acogido y arraigado” (Juan Pablo II, Carta Apostólica Novo Millennio ineunte, 6 de enero de 2001, n. 40).
(…) Benedicto XVI,
refiriéndose con una bella imagen a la Tradición de la Iglesia, afirmó que «no
es transmisión de cosas o de palabras, una colección de cosas muertas. La
Tradición es el río vivo que se remonta a los orígenes, el río vivo en el que
los orígenes están siempre presentes» (Catequesis 26 de abril de 2006).
5. (…) Sapientia christiana introducía la investigación como un «deber fundamental» en
«contacto asiduo con la misma realidad […] para comunicar la doctrina a los
hombres contemporáneos, empeñados en diversos campos culturales» (Proemio, n
III).
6. (…) Que
la fe gozosa e inquebrantable en Jesús crucificado y resucitado, centro y Señor
de la historia, nos guíe, nos ilumine y nos sostenga en este tiempo arduo y
fascinante, que está marcado por el compromiso en una renovada y clarividente
configuración del planteamiento de los estudios eclesiásticos. Su resurrección,
con el don sobreabundante del Espíritu Santo, «provoca por todas partes
gérmenes de ese mundo nuevo; y aunque se los corte, vuelven a surgir, porque la
resurrección del Señor ya ha penetrado la trama oculta de esta historia»
(Exhortación Apostólica Evangelii
gaudium, n. 278).
Normas finales
Artículo 88. La presente Constitución entrará en vigor el
primer día del año académico 2018-2019 o del año académico 2019, según el
calendario académico de las distintas regiones.
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