lunes, 29 de enero de 2018

LA ALEGRÍA DE LA VERDAD

VERITATIS GAUDIUM

CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA
SOBRE LAS UNIVERSIDADES Y FACULTADES ECLESIÁSTICAS
Resumen literal del proemio. 
Francisco, Roma, 8-XII-2017


PROEMIO


1. La alegría de la verdad ―Veritatis gaudium― manifiesta el deseo vehemente que deja inquieto el corazón del hombre hasta que encuentre, habite y comparta con todos la Luz de Dios (Cf. San Agustín, Confesiones, X, 23.33; I, 1, 1.). La verdad, de hecho, no es una idea abstracta, sino que es Jesús, el Verbo de Dios en quien está la Vida que es la Luz de los hombres (cf. Jn 1,4); el Hijo de Dios.

(…) Jesús impulsa a la Iglesia para que en su misión testimonie y anuncie siempre esta alegría con renovado entusiasmo. El Pueblo de Dios peregrina a lo largo de los senderos de la historia, acompañado con sinceridad y solidaridad de los hombres y mujeres de todos los pueblos y de todas las culturas, para iluminar con la luz del Evangelio el camino de la humanidad hacia la nueva civilización del amor.

(…) El vasto y multiforme sistema de los estudios eclesiásticos (…) está unido estrechamente a la misión evangelizadora de la Iglesia y, más aún, brota de su misma identidad.

(…) El Concilio Vaticano II, promoviendo con vigor y profecía la renovación de la vida de la Iglesia, en vistas de una misión más incisiva en esta nueva época de la historia, haya recomendado en el Decreto Optatam totius una revisión fiel y creativa de los estudios eclesiásticos (cf. nn. 13-22).

2. (…) «Buscar superar este divorcio entre teología y pastoral, entre fe y vida, ha sido precisamente uno de los principales aportes del Concilio Vaticano II. Me animo a decir que ha revolucionado en cierta medida el estatuto de la teología, la manera de hacer y del pensar creyente» (Video mensaje al Congreso Internacional de Teología en la PUCA “Santa María de los Buenos Aires”, IX-2015).

3. (…) la red mundial de las Universidades y Facultades eclesiásticas está llamada a llevar la aportación decisiva de la levadura, de la sal y de la luz del Evangelio de Jesucristo y de la Tradición viva de la Iglesia, que está siempre abierta a nuevos escenarios y a nuevas propuestas.

4. a) primer criterio (…) en la formación de una cultura cristianamente inspirada, el acento principal esté en descubrir la huella trinitaria en la creación, pues hace que el cosmos en el que vivimos sea «una trama de relaciones», y en el que «es propio de todo ser viviente tender hacia otra cosa», favoreciendo «una espiritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad» (Cf. Carta Encíclica Laudato si’ n. 240).

b) Un segundo criterio inspirador (…) es el diálogo a todos los niveles, no como una mera actitud táctica, sino como una exigencia intrínseca para experimentar comunitariamente la alegría de la Verdad y para profundizar su significado y sus implicaciones prácticas.

(…) Sapientia christiana (de Juan Pablo II en abril 1979), remitiéndose a la Gaudium et spes (del Concilio Vaticano II, 1962-65), deseaba que se favoreciera el diálogo con los cristianos pertenecientes a otras Iglesias y comunidades eclesiales, así como con los que tienen otras convicciones religiosas o humanísticas, y que también se mantuviera una relación «con los que cultivan otras disciplinas, creyentes o no creyentes», tratando de «valorar e interpretar sus afirmaciones y juzgarlas a la luz de la verdad revelada» (cf GS 62).

De esto deriva que se revise, desde esta óptica y desde este espíritu, la conveniencia necesaria y urgente de la composición y la metodología dinámica del currículo de estudios que ha sido propuesto por el sistema de los estudios eclesiásticos.

c) (…) el tercer criterio fundamental que quiero recordar: la inter- y la trans-disciplinariedad ejercidas con sabiduría y creatividad a la luz de la Revelación (…) la unidad del saber en la diversidad y en el respeto de sus expresiones múltiples, conexas y convergentes, es lo que califica la propuesta académica, formativa y de investigación del sistema de los estudios eclesiásticos, ya sea en cuanto al contenido como en el método.

d) Un cuarto y último criterio se refiere a la necesidad urgente de «crear redes» entre las distintas instituciones que, en cualquier parte del mundo, cultiven y promuevan los estudios eclesiásticos, y activar con decisión las oportunas sinergias también con las instituciones académicas de los distintos países y con las que se inspiran en las diferentes tradiciones culturales y religiosas; al mismo tiempo, establecer centros especializados de investigación que promuevan el estudio de los problemas de alcance histórico que repercuten en la humanidad de hoy, y propongan pistas de resolución apropiadas y objetivas.

(…) la catolicidad (…) fermento de unidad en la diversidad y de comunión en la libertad, exige para sí misma y propicia «esa polaridad tensional entre lo particular y lo universal, entre lo uno y lo múltiple, entre lo simple y lo complejo. Aniquilar esta tensión va contra la vida del Espíritu» (Video mensaje al Congreso Internacional de Teología en la PUCA “Santa María de los Buenos Aires”, IX-2015).

(…) «como podemos ver en la historia de la Iglesia, el cristianismo no tiene un único modo cultural, sino que “(…) llevará consigo también el rostro de tantas culturas y de tantos pueblos en que ha sido acogido y arraigado” (Juan Pablo II, Carta Apostólica Novo Millennio ineunte, 6 de enero de 2001, n. 40).

(…) Benedicto XVI, refiriéndose con una bella imagen a la Tradición de la Iglesia, afirmó que «no es transmisión de cosas o de palabras, una colección de cosas muertas. La Tradición es el río vivo que se remonta a los orígenes, el río vivo en el que los orígenes están siempre presentes» (Catequesis 26 de abril de 2006).

5. (…) Sapientia christiana introducía la investigación como un «deber fundamental» en «contacto asiduo con la misma realidad […] para comunicar la doctrina a los hombres contemporáneos, empeñados en diversos campos culturales» (Proemio, n III).

6. (…) Que la fe gozosa e inquebrantable en Jesús crucificado y resucitado, centro y Señor de la historia, nos guíe, nos ilumine y nos sostenga en este tiempo arduo y fascinante, que está marcado por el compromiso en una renovada y clarividente configuración del planteamiento de los estudios eclesiásticos. Su resurrección, con el don sobreabundante del Espíritu Santo, «provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo; y aunque se los corte, vuelven a surgir, porque la resurrección del Señor ya ha penetrado la trama oculta de esta historia» (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n. 278).

Normas finales
Artículo 88. La presente Constitución entrará en vigor el primer día del año académico 2018-2019 o del año académico 2019, según el calendario académico de las distintas regiones.

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